Lear Corporation parece ser un buen aprendiz de la Ford. Ante los fallos judiciales que la obligaron a incorporar a los delegados elegidos por los trabajadores, respondió incorporando a los mismos. Pero lo hizo desempolvando los viejos métodos de la Ford que bajo la dictadura militar supo tener en la fabrica su propio centro clandestino de detención para los delegados y obreros combativos. Hoy, más de tres décadas después, otra patronal de capitales yanquis encierra en verdaderas jaulas a los delegados de los trabajadores.
viernes, 5 de septiembre de 2014
El buitre libre el obrero en la jaula
Lear Corporation parece ser un buen aprendiz de la Ford. Ante los fallos judiciales que la obligaron a incorporar a los delegados elegidos por los trabajadores, respondió incorporando a los mismos. Pero lo hizo desempolvando los viejos métodos de la Ford que bajo la dictadura militar supo tener en la fabrica su propio centro clandestino de detención para los delegados y obreros combativos. Hoy, más de tres décadas después, otra patronal de capitales yanquis encierra en verdaderas jaulas a los delegados de los trabajadores.
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