sábado, 16 de agosto de 2014

“Estimado colaborador”: capitalismo, marxismo y peronismo, revisitados.


“El evangelio de la armonía entre el capital y el trabajo lleva ya predicándose cerca de cincuenta años; la filantropía burguesa ha realizado enormes dispendios para demostrar esta armonía mediante instituciones modelo. Pero (...) no hemos adelantado nada en estos cincuenta años" (Engels, Contribución al problema de la vivienda, 1873)

El día martes, la multinacional gráfica norteamericana RR Donnelley, que en su portal oficial informa que en 2013 facturó a nivel mundial 10.500 millones de dólares, y que se encuentra en el puesto 264 de las 500 corporaciones más grandes de EE.UU., con 600 plantas distribuidas en los cinco continentes, anunció con un papelito pegado en cinta skotch que está “en quiebra” y que se tiene que ir del país. Un desprecio alevoso a la los obreros y obreras que viven de su trabajo.
Este “anuncio” desató una polvareda política que llegó al atril presidencial cuando CFK anuncio la aplicación de la nefasta "ley antiterrorista" contra la empresa buitre. Antes de la voz presidencial, los obreros ya habían dado su solución al problema poniendo a producir la planta y exigiendo, mediante el proyecto del diputado provincial del PTS y el Frente de Izquierda  Christian Castillo, la verdadera ley que afecta y enfrenta los intereses de la multinacional; una ley de expropiación de la fabrica bajo control de sus trabajadores.



Al calor la crisis nacional de la deuda emerge la clase obrera

Con la noticia aún fresca, se manejaron distintos análisis, Carpena lanza la hipótesis de que las fábricas se cierran o despiden para frenar a la izquierda, en particular al PTS. Una “respuesta”  preventiva de la “corpo” patronal, casi por “instinto”; atacar a los trabajadores que desde  hace años en Donnelley son un verdadero destacamento de “avanzada” de la vanguardia obrera de la zona norte.
Los buitres movieron una ficha en su juego de ajedrez con la declaración de quiebra de la Gráfica Donnelley. Si Lear puso en el tapete la  crisis automotriz (ya arrastrada) de la “industria modelo” de la Argentina; la huida de la multinacional buitre de Donnelley, esta vez, le plantea a los obreros ser un actor en una crisis nacional como es la amenaza de “restructuración” de la deuda externa.
Lo que es claro es que los capitalistas no van a permitir que se desarrolle un fenómeno, que a la larga se convierta en un Zanon modelo 2001.
El tiempo de “paz” y no desalojo de la fábrica puesta en producción por los trabajadores, durará lo que dure la crisis “de los de arriba”. También es un llamado de atención que, a diferencia de la Cerámica Zanon, la puesta en producción bajo control obrero de la gráfica ocurre a las puertas de un nuevo fin de ciclo y, ni más ni menos, en el KM 36 de la Panamericana, en ese corredor industrial que bordea la principal autopista del país, por donde circulan el grueso de las mercancías que van a parar al puerto, donde el peso de las comisiones internas de obreros de izquierda opositores a las burocracias sindicales se hace sentir.
En algún sentido Donnelley llega bastante  temprano, y la puesta en producción de Zanon llegó bastante tarde, frente al mar de desocupación que había en el 2001.

Colaboración vs explotación; peronismo y marxismo, a la vuelta de la esquina (otra vez).

Desde el millón doscientos mil votos al FIT el año pasado, el trotskismo, es decir, la izquierda política de la Argentina, ha ganado un peso propio como nunca antes en su historia. El trotskismo, entonces, se ha venido convirtiendo en un factor político que comienza a ser utilizado como polarizador del peronismo (en principio, por ahora, en las fábricas y lugares de trabajo, pero con gran proyección política), por algunos analistas (Carpena), políticos (Capitanich, Berni, Scioli, CFK), blogueros (Artemio) y periodistas (Tenembaum, Graña, O'Donnell, etc.).
En el papelito con cinta skotch que pegó la multinacional, leemos en el encabezado una fórmula que es el evangelio de los capitalistas (y de toda la histórica “doctrina” peronista): se refiere a los trabajadores en términos de “estimado colaborador”. Desde Marx a esta parte, no sólo sabemos que no es viable la colaboración entre dos intereses que se encuentran objetivamente enfrentados (si avanza uno, el salario, retrocede el otro, la ganancia, y viceversa: la torta es una sola y, por más que la religión lo sostenga, nadie multiplica los panes ni los peces) sino que además sabemos, y los últimos 150 años de historia nos lo confirman, que no existe tal colaboración en términos laborales: lo que hay es explotación de una clase social por otra… incluso si el salario equivaliera a la canasta básica. El ingrediente secreto que la ciencia de Marx aportó con el nombre de plusvalía, echa por tierra toda la “santa” sanata patronal y peronista (que son sinónimos), hasta la actualidad.

De lo que se trata es de cambiarlo. Es el sistema, amigo.

Los obreros de Donnelley con su resistencia y ocupación de la fabrica plantaron bandera, después el gobierno salió a hacer “cadena nacional” contra el enemigo buitre interno. ¿Quién va a abandonar primero el ring? Pequeña contradicción tienen los “nacionales y populares” cuando el fondo de inversión Black Rock (vinculado a Paul Singer) posee un porcentaje de acciones en la “patriada” de  petrolera estatal de la  YPF “nacionalizada”.
En el acto de Luna Park denominado “Patria o Buitres”  de Unidos y  Organizados, los K parecen haber agitado su única victoria del “modelo” contra el imperialismo yanqui: según D Elia “Zamba” (personaje de “Paka Paka”) venció a Micky Mause en la “batalla cultural” del kirchenrismo. En el “país real” lo que va quedar claro en esta historia (viva) que es la lucha de clases, se verá quien  lucha por las 400 fuentes de trabajo, y  quien realmente enfrenta al imperialismo.
El gobierno o los obreros y la izquierda.
Esta batalla invita a sumar a cientos y miles de jóvenes a las banderas justas que son  la luchan por los intereses de los trabajadores y por terminar con esta sociedad de explotados ni explotadores. 
En estas horas junto a los trabajadores de Lear convocan un gran encuentro obrero que tiene dos desafíos  torcerle el brazo al SMATA en su apuesta de desbancar a los delegados elegidos por los trabajadores e imponer en el debate nacional la ley de expropiación de la gráfica Donnelley, única medida que afecta realmente los intereses de los capitales buitres.








2 comentarios:

  1. Me gustó más este... La clave para pensar para mí es eso que ponen de que Donnelley llega temprano al fin de ciclo, cuando Zanon llegó demasiado tarde. Interesante. Ahora hay una nueva generación obrera que se viene poniendo en movimiento (llamativas ayer las caras jóvenes de nuestros dirigentes obreros, y la "juventud" de pensamiento de pesos pesados como Montes o Godoy, de los que esos jóvenes son continuidad), y que conquista una fortaleza bajo control obrero en medio de la zona norte, Si había que blindar la zona, ya tenemos uno de sus centros de operaciones, y sus destacamentos avanzados. Donnelley llega temprano, y además tiene a Zanon atrás, tiene la experiencia de toda esa generación y tiene al lado a una militancia obrera a la que no le pesa ninguna derrota sobre su cabeza, ni la presiona la desocupación brutal del 2001, y a un PTS que se propone ganar influencia política de masas, y que está más que claro ahora (tuvimos una muestra, aunque a nivel aún mayor con estos días donde circularon nuestros diuputados Nicolás del Caño y Christian Castillo, junto a trabajadores de Lear y Donnelley por TODOS los canales de televisión y en tapas de portales, diarios y TV) que tiene las herramientas para hacerlo. Interesante fin de ciclo e interesante momento para el PTS

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  2. Que espera el pts para convocar con todas sus fuerzas a una asamblea constituyente para que los trabajadores de lear y don elloy voten las leyes como de propiedad socialista, derecho al aborto, el fin de las fuerzas de represión, un argentinazo, etc y que los estudiantes del partido aporten sus conocimientos para llevarlo a la práctica!!!

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